Al sabio le cegaron con una espada ardiendo, como a Miguel Strogoff, y le dijeron que aquella había sido solo la primera prueba; para la segunda, le sentaron en mitad de una plaza concurrida, muy cerca del mercado de especias para ver si la barahúnda de olores le confundía, y le pusieron en la mano derecha una balanza para que impartiera justicia, como tiene que ser, sin vista ninguna. Para su primer juicio trajeron a dos hombres de negocios que discutían un asunto de arrendamientos y de intereses; después de pesar en la balanza los granos de trigo de uno y las monedas de plata del otro, el sabio optó por el silencio. No hubo ya tercera prueba.
A veces las pruebas a que nos somete el tiempo y el destino son extrañas y no siempre fáciles, como ésta de publicar el número 26 de Luces y Sombras, después de haber publicado un número conmemorativo –el 25 para una revista anual es todo un logro, fruto del tesón y la inventiva– dedicado a la poesía navarra contemporánea, un número 26 éste en que regresamos a la plaza pública que siempre nos ha acogido y hasta la que llegan las especias autóctonas y exóticas de todos los rincones del globo. Tal vez nos confundan los aromas del cilantro y del jengibre, o nos sintamos ebrios con el clavo de olor y la nuez moscada, pero ese es el aroma que nos envuelve en estas fechas en que convocamos a nuestros sabios a su particular ejercicio de equilibrio. Contamos para nuestra fortuna con algunos de ellos que no son ciegos, aunque también podrían demostrar su fina nariz y buen sentido con los ojos cerrados, y les solicitamos que ejerciesen libremente su magisterio para darnos pizcas de sabores infrecuentes. Y en este caso, lector, la tercera prueba la tienes en tus manos, Luces y Sombras, revista de Artes y de Letras.
Como en otras ocasiones, las ilustraciones del presente volumen vienen de las manos de dos artistas navarras: la primera, Cristina Martínez Lana, nacida en Lodosa, y que nos presenta un rico mundo personal en el que la Pintura se emparenta directamente con otras dos artes clásicas, como son la Música contemporánea y el Arte clásico; y la de Sandra Allo Pérez, de San Adrián, que se autodefine como tejedora de imágenes
con las que indaga con sus potentes colores y trazos en la esencia del ser humano y de la vida. Presentan sutiles sabores propios con aromas dulces y cosmopolitas.
Para la parte literaria hemos contado con un gabinete de lujo compuesto por dos autores navarros y dos castellanos, a quienes hemos encargado la grata tarea de actuar con libertad, equidad y fraternidad, actitudes válidas por sí mismas para revolucionar el orbe. Así, el pamplonés Alfonso Pascal Ros ha traído hasta nosotros el aroma verde de la verbena que crece cerca de un campo de fútbol y ha celebrado con él la amistad y la buenas compañías; también de Pamplona, Víctor Izco se ha decantado por el sensual aroma del almizcle y lo ha traído envuelto en un trocito de carpa de circo; la madrileña Ana Delgado Cortés ha confeccionado un ramillete de flores de lavanda en las que titila la luz y trae recuerdos de un Van Gogh fresco y juvenil; y desde Segovia, Norberto García Hernanz ha cortado algunas ramas de tomillos de los campos de Castilla para inundar el hogar de un sabor tradicional y prístino. Entre los cuatro, presentan un total de cuarenta autores, algunos navarros, otros castellanos, algunos de otras regiones como Cataluña o Andalucía, y algunos de
más allá del océano Atlántico con su sabor a sal y a cordillera andina.
Ciegos o no, en nuestra memoria quedan los restos de miles de notas olfativas que nos evocan multitud de recuerdos que solo a nosotros nos pertenecen, como el del olor de las sábanas en el armario con membrillos, el de la cocina de la infancia con el vapor circular de la olla express, el de la panadería en las inmediaciones del camino a la escuela, o el de los labios de nuestro primer amor ofreciéndonos su frescura bajo la lluvia. Son recuerdos que no siempre podemos convertir en palabras, pero que la Poesía busca revolviendo palabras en su particular mercado de especias, mientras clama tanto por el Amor como por la Justicia.
Luces y Sombras
revista de artes y letras
• nº 26 • diciembre 2010
Lado A
En la parte literaria, mediante el texto Lo castellano, Norberto García Hernanz presenta a Amando Carabias María, David Hernández Sevillano, Santiago López Navia, Emiliano de Lucas Matarranz, José Manuel Lucía Megías, Merche Monroy Fernández, Estefanía Rodríguez Trigos, Alicia Sen Galindo, Laura Vázquez Fragua y a él mismo.
Ana Delgado Cortés, con el texto De la luz y el descubrimiento presenta a María Eloy-García, Celia Cañadas, Antonio Tello, Navarro Beloqui, Horacio Lobos Luna, Marina Tapia, Carmen Camacho, Jesús Malia Gandiaga, Ángeles Yagüe y Óscar Martín Centeno.
En la parte gráfica, Carolina Sánchez de Boado nos presenta a Sandra Allo Pérez mediante el texto La tejedora de imágenes y sus obras Cielo y tierra (en portada), El Inicio del Viaje (en solapa), Casa-árbol, Empieza el espectáculo, Hombre de espaldas, Pensamientos, Árbol pensante, El árbol de las palabras, Bailando con las sombras, La petición, Musa, Mujer galáctica, Hombre galáctico y Dualidad en el interior.