Con la brújula extraviada, ella lucha contra ella misma, madre sobre madre, en un desconcertante juego que se atora, diluido entre reiteraciones y borrones.
Las palabras imprecisas no pueden cortar el aire pero con frecuencia agitan el corazón y llegan a secar la garganta de quien las repite, sumergida en un nudo craneal sin destino ni soltura, en un espasmo de azoramiento e incredulidad.
Las fatigas acumuladas cubren, hasta ocultar, el propósito de la vida. La hija se pregunta, con la bruma de la culpa en el horizonte, cuál es el motivo de haber vivido tanto…, para olvidarlo en fronteras atrancadas, para solo ahuyentar de un manotazo la muerte del regazo, para afrontar sin conciencia la propia vida destejida. La ausencia de réplicas diluye la niebla que juzga y la mirada perdida le devuelve el cariño, el amor y la dedicación entregada.
El eclipse del sol resume la muerte del padre. La oscuridad lechosa quedó esparcida y encarna a la madre viva pero ya perdida, ausente de discernimiento aunque no desaparecida. Los secretos que alimentan las familias condicionan la luz de las caricias.
El ocaso del clan: fogonazos de sombras, resplandores vespertinos, instantáneas difusas, hallazgos incompletos, destellos espontáneos. Palabras silenciadas, gritos callados, vuelven las secuencias desconocidas e impredecibles en eclipses familiares que la extraordinaria poeta argentina Patricia Severín rescata y convierte en versos entrañables y poemas sorprendentes que nos invitan a reflexionar sobre el sentido de la vida y el valor de la muerte.
“Soy poeta y narradora; vivo donde el mundo se pierde en una península alargada y austral: Argentina. Un lugar en donde el agua hace surcos y los ríos son tajos profundos en la zona litoral; la tierra es plana como un pan de mijo, y allí se crían el ganado y las espigas. Trabajé en el campo, parí los hijos, mastiqué la adversidad pero también la belleza. Un día puse adentro de libros mis poemas y nacieron La loca de ausencia (1991), Amor en mano y cien hombres volando (en coautoría, 1993), Poemas con bichos (2001), Libro de las certezas (2006), El universo de la mentira (2011), Abuela y la niña (2012), Muda (2018). Nacieron también los cuentos Las líneas de la mano (1996), Solo de amor (1999), Helada Negra (2016). Y hubo más: Salir de cacería (2013), La Tigra (2018), mis dos novelas.
Tuve algunos premios, entre otros: Primer Premio de cuento en el Concurso Nacional Alicia Moreau de Justo; también en el de Las Tierras Planas; Premio Publicación de la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe; Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; Premio Poesía del Fondo Nacional de las Artes y Premio Municipalidad de Buenos Aires; Premio Macedonio Fernández; Premio publicación cuento Manuel Mujica Láinez.
Dirijo la editorial Palavraba, abocada a visibilizar a los narradores de mi provincia, y a la poesía y fotografía argentina. Escribo desde siempre. Soy feliz”.
http://www.severinlopezseverin.com.ar/blog
http://www.severinlopezseverin.com.ar
Publicación conjunta con “Marabulla” de Silvia Rodríguez, ganadoras ex-aequo del XXIV Certamen Internacional de Poesía María del Villar.
168 páginas, encuadernación rústica, cosida, con solapas, tamaño 137 x 210 mm.
PVP: 12 € impuestos y gastos de envío incluidos.